Almería
Cádiz
La historia de Almería se remonta a un poblado prehistórico emplazado en
la zona del Cerro de la Alcazaba en la Edad de Bronce. Lugar a donde los
fenicios también se establecieron al igual que los romanos en el siglo I.
De todas maneras, hasta que los musulmanes en el siglo IX, por encomienda
de Abd al-Rahman, no se ocupan de vigilar las costas para evitar el desembarco
de normandos, no se conocen apenas cosas de Almería.
En lo más alto del Cerro de la Alcazaba se establece una torre de
vigilancia, de la que proviene el nombre de la ciudad: Al-mariyat Bayyana.
Pero fue en el 955 cuando se funda la ciudad y Abderramán III ordena
construir una fortaleza para defender la zona del califato fatimí, oriundo de
Túnez. Con lo que la Alcazaba puede albergar un destacamento de unos 20,000
hombres.
La reconquista de Almería la llevan a cabo los Reyes Católicos en 1489,
que aunque fue prosperando, en el siglo XVI sufre un retroceso, sobre todo por
el seísmo del 1522 que redujo a la población en 700 habitantes. No siendo hasta
el siglo XI cuando se recupera gracias a la apertura comercial y de expansión
minera.
La ciudad de Cádiz está marcada por su estrategia militar y comercial,
pues se haya en el Atlántico y
parte de su provincia en el mediterráneo. Tanto es así, que los fenicios la
fundaron con el nombre de Gadir, que significaba recinto amurallado.
De allí partió Aníbal para conquistar Roma y fue precisamente Julio
césar quien le concedió el título de “civitas federata”, alcanzado una gran
prosperidad en la época romana, así se construyen anfiteatros, acueductos entre
otros importantes servicios.
Con la caída del Imperio romano en el siglo III, Gades también se ve
arrastrada con él. En el año 522 es conquistada por los bizantinos y a estos se
la arrebatan los visigodos en el 620, siendo invadida por las tropas musulmanas
de Tariq Ibn Ziyad en el 711 en la batalla del Guadalete.
La reconquista por los reyes cristianos y su incorporación a la corona
de Castilla en 1264 y sobre todo cuando por fin se establece que en la Bahía de
Cádiz estén los Astilleros Reales, hace que tome impulso de expansión
propiciado por el Descubrimiento de América.
En la ciudad se estableció el monopolio comercial con América, fue sede
de la Casa de Contratación y Flota de Indias. Y en lo político es de gran
importancia el establecimiento de la Constitución Española el 19 de marzo del
1812, (conocida popularmente como La Pepa) en las Cortes de Cádiz.
Córdoba
La
ocupación de la zona donde se encuentra Córdoba se remonta a los siglos IX y
VII a.C., al final de la Edad de Bronce, incluso al Paleolítico, afianzándose
con la llegada de los fenicios y griegos a la península gracias a la
navegabilidad del río Guadalquivir.
Pero no
fue hasta mediados del siglo II a.C., entre el 169 y 153 según Estrabón, cuando
se hace sentir gracias al general romano Claudio Marcelo, siendo éste quien la
designa como Capital de la Hispania Ulterior, y conocida por haber dado al
Imperio grandes filósofos como Séneca, y poetas como Lucano. No obstante, fue
con el mandato de Cesar Augusto cuando Córdoba alcanza mayor relevancia,
proliferando la construcción de monumentos y mejoras de infraestructuras
públicas, prueba de ello son los restos del anfiteatro y templos situados en la
calle Claudio Marcelo y la construcción del puente por donde discurría la Vía
Augusta, un circo, un teatro sólo 6 metros más pequeño que el de Roma y el
anfiteatro más grande del Imperio.
De todas
maneras no alcanzó su esplendor hasta que los árabes invadieron la península
ibérica en el año 711 y Mugit, el lugarteniente de Tariq, tomó Córdoba, y en el
756 Abd al-Rahman I la proclamara capital del independiente de Al-Andalus e
iniciara la construcción de la Mezquita sobre la basílica de San Vicente.
Pero
llegó a ser la capital del Emirato Independiente de Damasco y del Califato
Omeya de occidente a partir de que Abd al-Rahman III el 16 de enero del 929.
Siendo este califa quien procediera a la construcción de Medina Azahara.
Es
reconquistada para los cristianos por Fernando III El Santo el 29 de junio del
1236 proyectándose la construcción de 14 iglesias, siete en la Medina (Villa) y
otras tantas en la Ajarquía.
La enorme
población de Córdoba con el califato, se vio mermada con la aparición de la
peste negra en el 1349 y su repetición quince años después. Pero resurgió un
siglo después con los Reyes Católicos, quienes recibieron aquí a Cristobal
Colón para hablar del proyecto de su viaje a las Indias.
Siglos
posteriores, Felipe II, tratando de restablecer la importancia de Córdoba,
mandó construir las Caballerizas Reales, pero los siguientes monarcas poco se
ocuparon de la ciudad, no siendo hasta mediados del siglo XX cuando Córdoba
recupera el esplendor de su economía y crecimiento de la población,
consiguiendo ser declarada Patrimonio de la Humanidad.
Granada
Los primeros asentamientos los hicieron los túrculos, tribus ibéricas
cultas y avanzadas, pues llegaron a disponer en el siglo V a.C. de una Ceca en
la que acuñaron monedas.
Parece ser que los primeros núcleos de población se establecieron en lo
que hoy es el barrio del Realejo y la ladera del Albaycin hacia el río Darro.
Lugar este último que ocuparon los romanos según demuestran los restos hallados
en el lugar, como pavimentos, restos de estatuas, columnas y cimentaciones de
edificios.
Según algunos historiadores, a mediados del primer siglo, llegó a la
ciudad San Cecilio y otros discípulos más de San Pedro, levantando iglesias que
luego serían arrasadas con la invasión musulmana en el 712. Ahora bien, antes
de ello habría de destacarse que en el siglo IV se celebró el Concilio de
Elvira o Granada, en el que intervino Osio, el obispo de Córdoba, y propuso el
texto de la oración del Credo.
Poco después de que Tariq invadiera la península, y establecidos en la
ciudad, el gobernador de Elvira, Abd-al-Rahman al-Xaybani, mandó reconstruir la
antigua alcazaba sobre el Albaycin, así como las Torres Bermejas. Y sobre todo la Alhambra, que asombró a oriente y occidente.
Pero en el 1013, aún dependiendo del Califato de Córdoba, el noble
musulmán Zawi-ben-Zin fundó el primitivo Reino de Granada, constituyéndose el
primer rey de la dinastía Ziri. Sin embargo, tras 150 años de guerras entre las
dinastías almorávides y almohades, se produjo la instauración de la dinastías
Nazarí que duró hasta la rendición de Granada a los Reyes Católicos el 2 de
enero del 1492.
Huelva
Fuente romana reconstruida |
Entre el 3000 y 2500 antes de Cristo, habitaron en la zona un pueblo anterior a los tartesos, pero fue aquí donde se desarrolló la cultura que trajeron los
Tartessos, pueblo mítico al que se hacen referencias de haberse relacionado con
los habitantes de la desaparecida Atlántica, según cuenta el clásico griego
Estrabón.
Pero los Tartessos también desaparecieron misteriosamente no sin antes
haber desarrollado una basta cultura y explotación de las ricas minas de cobre.
Riqueza esta que también atrajo a los romanos y más adelante a los visigodos.
Sin embargo, casi todos los historiadores coinciden en señalar el año 1,000 a.C. como el de la fundación de Onoba por los fenicios
Sin embargo, casi todos los historiadores coinciden en señalar el año 1,000 a.C. como el de la fundación de Onoba por los fenicios
En realidad a todos los pueblos invasores les atrae la riqueza minera,
por eso los musulmanes en el siglo VIII no iban a ser menos. Hasta que Alfonso
X el Sabio la reconquistó, por cierto empleando por primera vez España la
pólvora en la batalla de Niebla.
Pero además de por sus minas, a Huelva se la conoce mundialmente por
haber partido desde sus costas las naves de los hermanos Pinzones rumbo a
América, gracias al empeño de Cristóbal Colón y el apoyo total de los Reyes
Católicos.
Pero no creamos que se olvidaron de sus minas, en el siglo XIX, los
ingleses interesados en aquellos metales, establecieron diversas empresas
mineras, y eso sí, trajeron el deporte rey, el futbol, fundando el primer
equipo español. El Recreativo de Huelva.
La presencia humana en la zona se remonta al final del Neolítico, destacando
la presencia íbera en el cerro de la Plaza de Armas de Puente Tablas que fue abandonada
antes de la guerras púnicas. Sin olvidar que otro asentamiento importante se
produjo en las laderas de lo que es hoy el Castillo de Santa Catalina.
Siendo zona de paso, se la disputaban griegos y fenicios. Recordando que
Jaén fue alcázar para Aníbal, azote de los romanos. No obstante, en el 207 a.C.
la ciudad fue tomada por Publio Cornelio Escipión el Africano que se la
arrebata a los cartagineses. Sea una prueba de la presencia romana el yacimiento
de Marroquíes Bajos.
Con la invasión musulmana, Jaén se convierte en reino Taifa, levantando
mezquitas, fortificaciones y palacios. Pero con la reconquista en 1246 por el
rey Fernando III el Santo, que ya lo intentó en el 1225, la ciudad pasa a ser cristiana,
ampliando y reformado la Alcazaba de Aníbal, transformándola en el Castillo.
Por cierto que su nombre proviene de la capilla dedicada a Santa Catalina que
se construyó entre los siglos XIII y XIV.
En la edad moderna también tuvo un papel predominante en la Guerra de la
Independencia
Málaga
Cuando llegaron los fenicios, fundaron la colonia de Malaka sobre el
poblado bástufo que había en la zona. Más tarde con la llegada de los romanos
la ciudad se regió por el código especial Lex Flavia Malacitana.
Y cuando aquel
imperio de Roma decayó, la dominaron los pueblos germanos y de Bizancio.
Ya en la dominación árabe, Málaqa fue una ciudad amurallada con barrios
de comerciantes genoveses y judíos. Siendo un reino de Taifa Hammudí, fue
asediada por los Reyes Católicos en 1487 y conquistada propiciando el declive
del reino Nazarí de Granada.